General Tadamichi Kuribayashi: Si nuestros hijos pueden vivir seguros un día más, entonces valdrá la pena ese día más que defendamos esta isla.
RELATO CINECARTOGRÁFICO
Una playa y al fondo una pequeña colina. Ambas reales. Bellas. Y al final, después de más de dos horas de un agotador y cruel ejercicio emocional, aterradoras y moralmente terribles. Los espectadores casi hemos estado allí durante la proyección, pero Clint Eastwood y su equipo sí que estuvieron. Localizaron la película en escenarios reales, pisaron esas rocas, respiraron su sofocante brisa. Esa última escena lo confirma. Y demuestra que la experiencia fue sobrecogedora. Tanto, que con un simple plano lo logran transmitir.
Llega justo después de una expresiva secuencia bañada por un rojo sol poniente que, durante un momento, casi es ocultado por un camión militar norteamericano. Pero eso todavía es ficción. Aún estamos en el reino de la metáfora. La realidad llega cuando se borra todo rastro de diseño de producción. La playa se muestra desnuda, limpia, libre. La playa en la actualidad. Y, bajo la mirada conmovedora del director, también nos sobrecogemos. Es la última imagen de la película, y se mantiene así durante unos larguísimos 20 segundos.
La lección de Eastwood es grande, a pesar de que el discurso es sencillo y a veces tramposo. Pero no por ello deja de ser impecable. Son muchas las películas que hablan de lo estúpido de la guerra, y desde muchos ángulos, pero pocas veces vemos de una manera tan clara un cataclismo social, una derrota en tantos sentidos, como la que sufren los japoneses aquí. Todos pierden en las guerras, parece querer decir el díptico Banderas de Nuestros Padres / Cartas desde Iwo Jima, pero es en esta segunda visión del conflicto donde un enorme Clint parece haber puesto todo el cariño. Quizá porque en el olvido partidista de esa facción de la contienda, el enemigo, se oculta lo que realmente debemos aprender.
Una lección de cine que invalida sutilezas a la hora de realizar más cine bélico: "No puedes tomar partido si pretendes aleccionar", parece querer decir. Pero aún así, entre la belleza de sus imágenes, sus excelentes interpretaciones, y la dureza de la historia que narra, se esconde un claro posicionamiento humanista. En este caso, y contrapuesto a otras visiones, completamente sincero.
Las arrugas en el rostro árido de Clint Eastwood dan fe de que se ha curtido en mil batallas como actor y como director. Pero en pocas parece haber perdido tanto como en esa playa de Iwo Jima.
FICHA TÉCNICA
Nombre del lugar: Isla de Iwo Jima.
Visitante: -
Fecha de la Visita: de Febrero a Marzo de 1945.
Situación: Océano Pacífico al sur de Japón.
Dirigido por: Clint Eastwood.
Director de Fotografía: Tom Stern.
Director de Arte: Scott M. Anderson.
Efectos Especiales: Digital Domain, Giant Studios, Tinsley Studio
Año: 2006
